Composición:
El aceite de orégano, derivado de la planta de orégano (Origanum vulgare) contiene compuestos bioactivos como carvacrol, timol y ácido rosmarínico, que le confieren sus propiedades antibacterianas, antifúngicas y antioxidantes. Se utiliza para tratar infecciones de la piel como acné, heridas y hongos, así como para problemas respiratorios como la bronquitis y la sinusitis. También puede ayudar con problemas digestivos y fortalecer el sistema inmunológico.
Dilución:
El aceite de orégano es muy potente y puede causar irritación si se aplica puro sobre la piel o se ingiere sin diluir.
Formas de uso:
Tópico: Se puede aplicar diluido en un aceite portador (como aceite de coco o almendras) sobre la piel para tratar infecciones y problemas cutáneos.
Inhalación: Se puede usar en vaporizaciones para aliviar problemas respiratorios.
Oral: Se puede tomar diluido en un vaso de agua o jugo, o en cápsulas, para tratar infecciones internas o problemas digestivos.
Dosificación:
La dosis recomendada es de 1 a 3 gotas, al día, antes o después de las comidas.
Precauciones:
No se recomienda su consumo durante el embarazo, lactancia o en niños menores de 12 años.